1. Observamos un declive en nuestras habilidades básicas: el 30 % de nuestros adolescentes tiene problemas en matemáticas y uno de cada cuatro tiene dificultades con la lectura.
Quiénes estamos involucrados en esto de la educación, esta triste realidad es un aspecto que se viene dando desde hace mucho, mucho, mucho tiempo. No es algo de ahora, y no es algo que hay aparecido de repente.
Hablamos de matemáticas y hablamos de lectura y, en muchos casos, esos problemas de matemáticas tienen que ver con el primer problema que es la lectura, la comprensión lectora, el entender lo que leo. Y es qué saber leer no significa entender lo que se lee, de igual forma que saber realizar una operación matemática no significa saber aplicar el pensamiento matemático.
¿Cuánto leemos en casa? ¿Qué hábito lector inculcamos a nuestros hijos e hijas? ¿Qué hábito lector inculcamos a nuestros estudiantes?
Sé, que no solamente porque leamos en casa ya va a suponer que nuestros hijos e hijas quieran leer, da igual forma que porque llevemos una vida saludable, no va a influir en que nuestros hijos e hijas sean saludables… ¿O sí que influye? (Me permito aquí hacer un inciso e insistir en lo irónico de mi escritura en el día de hoy, ya que no quiero que de lugar a malentendidos nada de lo que pongo).
Diferentes estudios muestran cómo los niños y niñas, hijos de padres lectores, son lectores y obtienen mejores resultados académicos en la etapa escolar.
Pero no todo recaen las familias, mucho peso recae también en el centro educativo, en edades tempranas. En saber cautivar a los estudiantes con la lectura, lecturas que muchísimas veces son simplemente "amenas"... ¿por qué la lectura no tiene que ser divertida? Sobre todo cuando estamos hablando de crear el hábito.
2. Analizamos conjuntamente las diversas razones de la escasez de docentes. En muchos casos, están sobrecargados de trabajo, en otras, están infravalorados y finalmente abandonan la profesión. Sin ellos, simplemente no hay sistema educativo, ni evolución ni revolución en la educación.
Sinceramente, y en mi humilde opinión, probablemente radique aquí una de las principales cuestiones sobre las que va a pivotar el resto de situaciones.
Una situación que empieza a ser un tanto preocupante, si tenemos en cuenta que ya en muchos países del entorno europeo cuesta encontrar profesionales que quieran comenzar la tarea educativa -Situación que se da principalmente en Educación Secundaria, ya que existe una falta de profesionales que quieran dedicarse a la educación-. Esto ya es un gran problema, vemos en las noticias prácticamente cada inicio de curso como determinadas áreas, etapas educativas, zonas… Se ven faltas de profesorado y no se puede comenzar a tiempo el curso escolar en muchos lugares. En algunos países como es el caso de Dinamarca o Bélgica la situación es tal que las diferentes administraciones educativas están comenzando a plantear diferentes tipos de agrupamiento y tipos de formación.
Pero no solamente es la cuestión de tener profesionales que quieran comenzar esa carrera educativa, sino que está comenzando a ser acuciante en Europa la situación en la que docentes en activo están comenzando a abandonar el sistema educativo y la profesión. Hecho que hace que las plantillas del profesorado de los centros educativos no sean lo suficientemente estables y que realmente, cuando un docente ha adquirido la experiencia necesaria que le aportaría un nivel de desempeño mayor, comienza a abandonar el sistema; lo cual supone una fuga de calidad educativa que al final repercute negativamente en el sistema y por ende en el alumnado. Si es cierto, que esta situación varía dependiendo del país del que estemos hablando; sistemas educativos como el de España, con la gran parte pública y la estabilidad que ofrece el funcionariado, puede que hagan que este efecto fuga no se visualice de igual forma que en otros países de Europa, o de Estados Unidos, país referente en este aspecto (si es que se puede hablar de referencia sobre el abandono laboral).
Se citan algunos aspectos relacionados con esta fuga, como es el hecho de tener a los docentes sobrecargados de trabajo, como es el hecho de que estén infravalorados, pero realmente yo añadiría algún otro aspecto como es la situación de indefensión con la que se encuentra el profesorado en muchísimos momentos cuando está dentro (y a veces incluso fuera) del centro educativo; con alumnado y a veces también con familias. Y también otro tema que no debemos obviar que realmente no suelen mencionarse mucho en este tipo de foros y es la retribución. Y es que hay una realidad tangible, medible, salarial; qué hace que muchos profesionales se decanten por otro tipo de trabajos en lugar de comenzar su carrera profesional como docentes.
3. Lo que enseñamos y lo que necesitamos parecen estar desfasados. El 80 % de las empresas en Europa afirma no encontrar las habilidades que necesita. Debemos reconocer que algo no funciona correctamente.
Llevamos mucho tiempo hablando de este tema, la necesidad de adaptar los sistemas educativos actuales a las necesidades reales, no solo de las empresas, sino de la vida misma. Enseñar en competencias, en habilidades, en destrezas necesarias para el siglo XXI (del cual ya llevamos 1/4 gastado). Sin embargo, la situación parece estancada.
¿Cuáles son los motivos? Probablemente sean muchos, de muy diferente calado y, por supuesto, de muy difícil solución. ¿Quién diseña el currículo? ¿Qué sectores de la comunidad educativa intervienen en ese diseño? ¿Qué aspecto referentes a agrupamientos, ratios, equipamiento… se tienen en cuenta? ¿Cuál es el peso que tiene en la balanza la metodología, la pedagogía frente al gasto económico que supone la educación? ¿Se puede considerar gasto el dinero que se invierte en Educación?
Muchas preguntas, pocas respuestas... pero mucho por hacer. Y por delante una gran realidad, falta de profesionales cualificados, incertidumbre en referencia a lo que realmente hace falta, y sobre todo, incertidumbre en referencia a lo que hará falta en un futuro (que no está tan lejano).
Estos tres puntos "problemáticos" que Roxana planteó al inicio de su sesión, me resultaron interesantes; pero lo más interesante de su discurso fue un comentario que realizó sobre cómo está afectando la inteligencia artificial, yo diría más, cómo está removiendo los cimientos de todas las ideas que teníamos sobre las necesidades del cambio educativo.
Hace unos años todo el mundo hablaba de programación, los niños pequeños debían aprender a programar, era el futuro; ahora, con el auge de la IA, vemos que la programación se está convirtiendo en algo del pasado.
¿Verdad que te hace pensar? A mí me hizo pensar, y mucho. Y no me planteo lo que seguramente muchos detractores del cambio metodológico estarán pensando… Tanto tanto que teníamos que aprender a programar y ahora resulta que ya no hace falta programar…
Lo que yo me planteo y realmente leo entre líneas, es la necesidad de la resiliencia. La necesidad de adaptación rápida a nuevas necesidades y nuevas realidades. La enseñanza de la programación va más allá de aprender a crear un programa, tiene más que ver con la estructura del pensamiento computacional y la lógica. Lo que Roxana plantea aquí me hace pensar en cómo la IA va a intervenir, cada vez más, en lo que hacemos, incluso en la forma en que pensamos.
Y precisamente esta evolución abunda en la necesidad que tenemos los educadores de intervenir en el desarrollo del estudiante como un ser holístico, con capacidad crítica, con capacidad comunicadora… Oh de la retórica, momentos de gloria, que por el raciocinio que aporta, esas técnicas pasadas se tornarán moda de futuro.