Nuevas formas de trabajo, adaptación a los entornos digitales, alfabetización digital, adaptación al cambio, automatización, deslocalización, no presencialidad,  ubicuidad… todos ellos, conceptos que ya se venían tratando, intentando dar forma de una manera adecuada, pero que este año han saltado a la palestra de forma alocada, haciendo una explosión de necesidad, tomando voz como elementos novedosos, prácticamente convirtiéndose en mantra y solución ante la crisis económica que se avecina… conceptos que pueden ser abordados con muy diversos enfoques, pero que personalmente veo cómo están siendo atados y arropados bajo el manto de la desregularización. Pasando de forma desapercibida para la mayoría, arroyando los modelos e instituciones que hasta ahora conocíamos y todo ello, en plena gestación de un nuevo contrato social, que es necesario ante los nuevos modelos económicos, pero que no cuenta con gestores que lo consensuen, o si los tiene, estos no cuentan con el apoyo social necesario para darle forma.

En definitiva, un año movido, que pasará a la historia no por el COVID, sino por el inicio de lo que viene.

Y con toda esta parrafada, que seguramente no cumpla los cánones de una felicitación de año nuevo, quiero referirte a un concepto, Resiliencia (que la RAE define como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adverso). Tengo claro que esa capacidad es la que más nos puede ayudar en estos momentos vividos y será la que nos dé alguna posibilidad a futuro.

Te deseo de todo corazón una resiliencia fructífera.

Feliz 2021

José Luis Castaño Pérez